julio 10, 2009

Quiero que sepas una cosa

Tú sabes cómo es esto:

si miro
la
luna de cristal, la rama roja
del
lento otoño en mi ventana,
si
toco
junto
al fuego
la
impalpable ceniza
o
el arrugado cuerpo de la leña
todo
me lleva a ti,
como
si todo lo que existe,
aromas
, luz, metales,
fueran
pequeños barcos que navegan
hacia
las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien,
si
poco a poco dejas de quererme
dejaré
de quererte poco a poco.

Si de pronto
me olvidas
No
me busques,
que
ya te habré olvidado.

Si consideras largo y loco
el
viento de banderas
que
pasa por mi vida
y
te decides
a
dejarme a la orilla
del
corazón en que tengo raíces,
piensa

que
en ese día,
a
esa hora
levantaré
los brazos
y
saldrán mis raíces
a
buscar otra tierra.

Pero
si
cada día,
cada
hora
sientes
que a mí estás destinada
con
dulzura implacable.
Si cada día sube

una
flor a tus labios a buscarme,
en
mí todo ese fuego se repite,
en
mí nada se apaga ni se olvida,
mi
amor se nutre de tu amor,
y
mientras vivas estará en tus brazos
sin
salir de los míos.

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