Esta no es una crónica futbolera. No pasan por mi mente ninguno de esos equipos españoles de abolengo, ni de la liga mexicana y mucho menos de la Decepción Nacional. Simplemente les cuento una historia corta (aunque es muuuy larga) y que duró más de un año. Y fácilmente se puede contar como esos chistes de los actos:
Primer acto: Crece una esperanza de ilusión, de amor. Y de repente ¡¡zaaaaaz!, viene la primera decepción justo con una motocicleta de testigo.
Segundo acto: Pasan unos cuatro meses, la vida los reencuentra, hacen el amor una, dos, tres veces en un breve lapso de tiempo. Se acerca una decisión y viene el segundo golpe: No mi corazón. Tu no.
Tercer acto: Con impaciencia esperan que un ciclo termine y otro empiece. Luego del remate viene el contraremate al dejar en claro que sólo de esa forma podrían haber estado juntos. Pero no pasó nada...
Aunque aquí no caben las moralejas, ya que no es una fábula, va una con una expresión muy española:
"Se dice que el hombre es el único animal capaz de tropezar dos o tres veces con la misma piedra, es decir, que somos la única especie que caemos varias veces en los mismos errores, nos tropezamos ante los mismos obstáculos, caemos en la misma trampa varias veces. Nuestra capacidad de aprendizaje debe limitar esas reinicidencias al máximo, pero hay personas que, ya sea por su ingenuidad, por su despiste o porque no quieren asumirlo, se tropiezan una y otra vez con una misma piedra (en un sentido metafórico, ya que la piedra simboliza cualquier obstáculo que podamos encontrar en la vida)".
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