enero 25, 2011

Anoche

La de ayer fue una larga noche, agotadora, dolorosa, punzante, escalofriante, fría. La molestia comenzó antes de cerrar los ojos.

Anoche recordaba el poema que había publicado horas antes sobre señales. De pronto en el carrusel apareciste irreverente, inconfundible. Con esos labios únicos y con esa maldita forma de arrancarme una sonrisa.

Anoche el olor de tu perfume me perturbó, otra vez, mientras aspiraba y aspiraba como si el aire se estuviera terminando.

Anoche tomé tus delgadas manos avejentadas y arrugadas que se pasearon por mi rostro, por mis párpados. Ciertos hilos de mis cabellos cubrieron tus ojos y mi cabeza descansó entre tus pechos.

Anoche soñé contigo.

Anoche dormiste conmigo.

Pero recordé que no estás sola y desperté.

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