Poesía, imagen, video, amor, desamor, música, nuevas tecnologías, periodismo. Espacio de un ser humano que vive con esas premisas que mueven su vida; que deambula por el tiempo con los recuerdos de Octavio Paz, Bono, el 'Sup', Jesucristo. Siempre de la mano, y en el corazón, con una Campanita explosiva. Una Zyanbomba. Un amor. One.
diciembre 30, 2011
Slide away
Are you gonna wake again?
Are you gonna take it down?
Oh babe, I don't wanna deal it
Oh, make it alright
Gimme some, my love
Away, away, away
I just wanna slide away and come alive again
I just wanna slide away and come alive again
I will see that love again, and find a life again
I just wanna slide away and come alive again
I wanted to let it go
Just couldn't let it go
I wanted to let it go
Just couldn't let you go
I would catch you
(Just couldn't let you go)
I'd catch you as you fall
(Just couldn't let it go)
I would catch you
(Just couldn't let you go)
I'd catch you if I heard your call
But you tore a hole in space
Like a dark star, falls from grace
You burn across the sky
And I would find you wings to fly
And I would catch you
I would catch your fall
I just wanna slide away and come alive again
I just wanna slide away and come alive again
I will see that love again, and find a life again
I just wanna slide away and come alive again
2059
Nos encontraremos en un lugar en el que no hay oscuridad
George Orwell
He imaginado siempre el día de mi muerte.
Incluso en la niñez, cuando no existe.
Soñaba un fin heroico de planetas en línea.
Cambiar por Rick mi puesto, quedarme en Casablanca
sumergirme en un lago junto a mi amante enfermo
caer como miliciana en una guerra
cuyo idioma no hablo.
Siempre quise una muerte a la altura de la vida.
Dos mil cincuenta y nueve.
Las flores nacen con la mitad de pétalos
ejércitos de zombis ocupan las aceras.
Los viejos somos muchos
somos tantos
que nuestro peso arquea la palabra futuro.
Cuentan que olemos mal, que somos egoístas
que abrazamos
con la presión exacta de un grillete.
Estoy sola en el cuarto.
Tengo ojos sepultados y movimientos lentos
como una tarde fría de domingo.
Dientes muy blancos adornan a estos hombres.
No sonríen ni amenazan: son estatuas.
Aprisionan mis húmeros quebradizos de anciana.
No va a doler, tranquila.
Igual que un animal acorralado
muerdo el aire, me opongo, forcejeo,
grito mil veces el nombre de mi madre.
Mi resistencia choca contra un silencio higiénico.
Hay excesiva luz y una jeringa llena.
Tenéis suerte, -mi extenuación aúlla-,
si estuviera mi madre
jamás permitiría que me hicierais esto.
Raquel Lanseros
George Orwell
He imaginado siempre el día de mi muerte.
Incluso en la niñez, cuando no existe.
Soñaba un fin heroico de planetas en línea.
Cambiar por Rick mi puesto, quedarme en Casablanca
sumergirme en un lago junto a mi amante enfermo
caer como miliciana en una guerra
cuyo idioma no hablo.
Siempre quise una muerte a la altura de la vida.
Dos mil cincuenta y nueve.
Las flores nacen con la mitad de pétalos
ejércitos de zombis ocupan las aceras.
Los viejos somos muchos
somos tantos
que nuestro peso arquea la palabra futuro.
Cuentan que olemos mal, que somos egoístas
que abrazamos
con la presión exacta de un grillete.
Estoy sola en el cuarto.
Tengo ojos sepultados y movimientos lentos
como una tarde fría de domingo.
Dientes muy blancos adornan a estos hombres.
No sonríen ni amenazan: son estatuas.
Aprisionan mis húmeros quebradizos de anciana.
No va a doler, tranquila.
Igual que un animal acorralado
muerdo el aire, me opongo, forcejeo,
grito mil veces el nombre de mi madre.
Mi resistencia choca contra un silencio higiénico.
Hay excesiva luz y una jeringa llena.
Tenéis suerte, -mi extenuación aúlla-,
si estuviera mi madre
jamás permitiría que me hicierais esto.
Raquel Lanseros
diciembre 26, 2011
Let me show you the world in my eyes
Let me take you on a trip
Around the world and back
And you won't have to move
You just sit still
Now let your mind do the walking
And let my body do the talking
Let me show you the world in my eyes
I'll take you to the highest mountain
To the depths of the deepest sea
And we won't need a map, believe me
Now let my body do the moving
And let my hands do the soothing
Let me show you the world in my eyes
That's all there is
Nothing more than you can feel now
That's all there is
Let me put you on a ship
On a long, long trip
Your lips close to my lips
All the islands in the ocean
All the heavens in the motion
Let me show you the world in my eyes
That's all there is
Nothing more than you can touch now
That's all there is
Let me show you the world in my eyes
diciembre 25, 2011
De nostalgias, de la muerte y de la Nochebuena
¿Alguna vez te has puesto a pensar cómo te despedirás del mundo, cómo será tu último minuto de vida, el momento de tu muerte?
Sin tratar de llegar a este tema, irremediablemente terminé por comentarlo justo en la Nochebuena, esa que sirve para que aflore todo el estúpido consumismo, que gracias al capitalismo salvaje -con Santa Claus como su comandante de las fuerzas rojas armadas- desvirtuó el nacimiento de Jesucristo y de lo que realmente se debería festejar.
Regresando a la muerte, lancé una pregunta al aire tratando de encontrar respuestas que trataran de coincidir con una de mis principales teorías: la forma en que mueres (y cómo ésta llega a ti) es directamente proporcional a cómo te portaste con tus semejantes -y especialmente contigo mismo- durante toda tu vida.
Quizá no sea una coincidencia que tiranos que gozaron de fma, poder, lujos y excesos como Sadam Hussein o Moammar Ghadafi hayan sido encontrados escondidos en túneles o en alcantarillas y uno haya muerto colgado del cuello y otro con un disparo en la cabeza luego de ser ultrajado con un objeto metálico antes de morir. Nunca he deseado la muerte de nadie pero creo que estos tipos quizá merecían morir de esta forma después de tanta atrocidad que cometieron a tantas personas.
Cerrando un poco más el círculo me remito a la muerte de familiares cercanos y al parecer encontré que la forma en que murieron fue exactamente proporcional a la vida que tuvieron. No daré ejemplos porque son cosas que no vienen al caso pero tengo la seguridad de que se cumple esa frase de "con la vara que mides serás medido". En mi caso, espero que mi muerte no sea resbalándome de unas escaleras o ahógandome al comerme un pistache. Si fuera por escoger, me gustaría morir en un evento importante: en la cobertura de una guerra, un suceso de trascendencia mundial, un desastre natural... Una muerte digna, pues.
Y entonces recibí una llamada de El Diablo y me recordó tanto ese café que tomamos a más de 200 metros de altura en una réplica de la Torre Eiffel pero que se ubica en Tokio. Esa plática me provocó la primera de mis nostalgias en esta esta noche de nostalgias.
Después, se cruzó por mis oídos "un lugar lejos de todo", ese donde "nunca nadie estuvo ahí". Luego doblaron las Campanas, que no precisamente fueron las de Hemingway y tampoco son plurales, y al final Adlih se atravesó por mis ojos gracias al wi-fi después de años de no tener noticias suyas.
Nostalgias, muerte y Nochebuena.
Sin tratar de llegar a este tema, irremediablemente terminé por comentarlo justo en la Nochebuena, esa que sirve para que aflore todo el estúpido consumismo, que gracias al capitalismo salvaje -con Santa Claus como su comandante de las fuerzas rojas armadas- desvirtuó el nacimiento de Jesucristo y de lo que realmente se debería festejar.
Regresando a la muerte, lancé una pregunta al aire tratando de encontrar respuestas que trataran de coincidir con una de mis principales teorías: la forma en que mueres (y cómo ésta llega a ti) es directamente proporcional a cómo te portaste con tus semejantes -y especialmente contigo mismo- durante toda tu vida.
Quizá no sea una coincidencia que tiranos que gozaron de fma, poder, lujos y excesos como Sadam Hussein o Moammar Ghadafi hayan sido encontrados escondidos en túneles o en alcantarillas y uno haya muerto colgado del cuello y otro con un disparo en la cabeza luego de ser ultrajado con un objeto metálico antes de morir. Nunca he deseado la muerte de nadie pero creo que estos tipos quizá merecían morir de esta forma después de tanta atrocidad que cometieron a tantas personas.
Cerrando un poco más el círculo me remito a la muerte de familiares cercanos y al parecer encontré que la forma en que murieron fue exactamente proporcional a la vida que tuvieron. No daré ejemplos porque son cosas que no vienen al caso pero tengo la seguridad de que se cumple esa frase de "con la vara que mides serás medido". En mi caso, espero que mi muerte no sea resbalándome de unas escaleras o ahógandome al comerme un pistache. Si fuera por escoger, me gustaría morir en un evento importante: en la cobertura de una guerra, un suceso de trascendencia mundial, un desastre natural... Una muerte digna, pues.
Y entonces recibí una llamada de El Diablo y me recordó tanto ese café que tomamos a más de 200 metros de altura en una réplica de la Torre Eiffel pero que se ubica en Tokio. Esa plática me provocó la primera de mis nostalgias en esta esta noche de nostalgias.
Después, se cruzó por mis oídos "un lugar lejos de todo", ese donde "nunca nadie estuvo ahí". Luego doblaron las Campanas, que no precisamente fueron las de Hemingway y tampoco son plurales, y al final Adlih se atravesó por mis ojos gracias al wi-fi después de años de no tener noticias suyas.
Nostalgias, muerte y Nochebuena.
diciembre 22, 2011
Invocación
Que no crezca jamás en mis entrañas
esa calma aparente llamada escepticismo.
Huya yo del resabio,
del cinismo,
de la imparcialidad de hombros encogidos.
Crea yo siempre en la vida
crea yo siempre
en las mil infinitas posibilidades.
Engáñenme los cantos de sirenas,
tenga mi alma siempre un pellizco de ingenua.
Que nunca se parezca mi epidermis
a la piel de un paquidermo inconmovible,
helado.
Llore yo todavía
por sueños imposibles
por amores prohibidos
por fantasías de niña hechas añicos.
Huya yo del realismo encorsetado.
Consérvense en mis labios las canciones,
muchas y muy ruidosas y con muchos acordes.
Por si vinieran tiempos de silencio.
De Diario de un destello. Raquel Lanseros.
esa calma aparente llamada escepticismo.
Huya yo del resabio,
del cinismo,
de la imparcialidad de hombros encogidos.
Crea yo siempre en la vida
crea yo siempre
en las mil infinitas posibilidades.
Engáñenme los cantos de sirenas,
tenga mi alma siempre un pellizco de ingenua.
Que nunca se parezca mi epidermis
a la piel de un paquidermo inconmovible,
helado.
Llore yo todavía
por sueños imposibles
por amores prohibidos
por fantasías de niña hechas añicos.
Huya yo del realismo encorsetado.
Consérvense en mis labios las canciones,
muchas y muy ruidosas y con muchos acordes.
Por si vinieran tiempos de silencio.
De Diario de un destello. Raquel Lanseros.
Ground control to Mayor Tom
Ground control to major Tom
Ground control to major Tom
Take your protein pills and put your helmet on
(Ten) Ground control (Nine) to major Tom (Eight)
(Seven, six) Commencing countdown (Five), engines on (Four)
(Three, two) Check ignition (One) and may gods (Blastoff) love be with you
This is ground control to major Tom, you've really made the grade
And the papers want to know whose shirts you wear
Now it's time to leave the capsule if you dare
This is major Tom to ground control, I'm stepping through the door
And I'm floating in a most peculiar way
And the stars look very different today
Here am I sitting in a tin can far above the world
Planet Earth is blue and there's nothing I can do
Though I'm past one hundred thousand miles, I'm feeling very still
And I think my spaceship knows which way to go
Tell my wife I love her very much, she knows
Ground control to major Tom, your circuits dead, there's something wrong
Can you hear me, major Tom?
Can you hear me, major Tom?
Can you hear me, major Tom?
Can you...
Here am I sitting in my tin can far above the Moon
Planet Earth is blue and there's nothing I can do
Ground control to major Tom
Take your protein pills and put your helmet on
(Ten) Ground control (Nine) to major Tom (Eight)
(Seven, six) Commencing countdown (Five), engines on (Four)
(Three, two) Check ignition (One) and may gods (Blastoff) love be with you
This is ground control to major Tom, you've really made the grade
And the papers want to know whose shirts you wear
Now it's time to leave the capsule if you dare
This is major Tom to ground control, I'm stepping through the door
And I'm floating in a most peculiar way
And the stars look very different today
Here am I sitting in a tin can far above the world
Planet Earth is blue and there's nothing I can do
Though I'm past one hundred thousand miles, I'm feeling very still
And I think my spaceship knows which way to go
Tell my wife I love her very much, she knows
Ground control to major Tom, your circuits dead, there's something wrong
Can you hear me, major Tom?
Can you hear me, major Tom?
Can you hear me, major Tom?
Can you...
Here am I sitting in my tin can far above the Moon
Planet Earth is blue and there's nothing I can do
diciembre 09, 2011
Head on
As soon as I get my head around you
I come around catching sparks off you
I get an electric shock from you
This secondhand living just won't do
And the way I feel tonight
I could die and I wouldn't mind
And there's something going on inside
Makes you wanna feel
Makes you wanna try
Makes you wanna blow the stars from the sky
And I can't stand up
I can't cool down
I can't get my head off the ground
As soon as I get my head around you
I come around catching sparks off you
And all I ever got from you
Was all I ever took from you
Yeah, the world could die in pain
And I wouldn't feel no shame
And there's nothing holding me to blame
Makes you wanna feel
Makes you wanna try
Makes you wanna blow the stars from the sky
And I'm taking myself to a dirty part of town
Where all my troubles can't be found
I said yeah yeah yeah yeah yeah
And I'm taking myself to a dirty part of town
Where all my troubles can't be found
Makes you wanna feel
Makes you wanna try
Makes you wanna blow the stars from the sky
Poesía para perdidos
Lectura de Raquel Lanseros en el ciclo Poesía para Perdidos, organizado por la Asociación Aragonesa de Escritores en La Campana de los Perdidos (C/ Prudencio 7, Zaragoza) el sábado 29 de mayo de 2010.
diciembre 08, 2011
De José
Jorge querido: te escribo estas líneas porque las considero urgentes y necesarias. Lo hago también porque he decidido que todo septiembre sea mi cumpleaños y, por tanto, quiero festejarlo de manera distinta, es decir, con los amigos que más quiero.
Pienso también que la amistad es como un músculo que si no se usa se atrofia, por eso estoy aquí, a las 6 de la mañana de este 16 de septiembre, escribiéndote para que sepas cuánto te quiero, amigo. Aclaro, sin embargo, que no estoy borracho ni me he vuelto loco.
Te conocí un día de octubre del 93. La fecha es maravillosa porque dos meses después irrumpieron los zapatistas en México, en el mundo y en nuestros corazones. Imposible olvidar los comunicados de Marcos ("De qué nos tienen que perdonar"), imposible olvidar nuestro nacimiento al mundo del periodismo, imposible olvidar los salones de clase donde un grupo de jóvenes recién nacidos a la vida comenzó a mirarse, a reconocerse, a increparse.
Han pasado muchos años, amigo, y nosotros ya no somos los de entonces. Nos quedan los recuerdos y, por ahora, también las personas. Por eso he decidido escribirte, porque quiero que sepas cuánto te quiero a pesar de que no nos veamos frecuentemente.
Te cuento un secreto: un año después de que salimos de la universidad yo pasaba por un momento muy difícil. Me sentía tan insignificante e inútil que llegué a pensar en el suicidio. Pero ocurrió que un día sonó el teléfono de mi casa y era mi amigo Jorge Villalpando ofreciéndome trabajo. No sé si te envió Dios o el destino, lo cierto es que literalmente me salvaste la vida.
Por eso voy a estar agradecido infinita y eternamente contigo. Quizá yo no sea el amigo que esperabas, quizá no te he respondido como esperabas, pero siempre que pienso en tí lo hago creyendo que eres un buen hombre, generoso y hasta tengo el presentimiento de que eres muy buen papá.
Agradezco a la vida que me haya puesto en tu camino y agradezco también haberte conocido. Quizá nos haga falta sentarnos más seguido a tomar un café o un trago y platicar de las cosas que nos pasan.
Por lo pronto recibe un gran abrazo de un amigo que te quiere de verdad. Te escribo, insisto, porque he decidido festejar mi cumpleaños 39 escribiendo 39 cartas para 39 amigos del alma.
Que tu Dios te bendiga.
Pienso también que la amistad es como un músculo que si no se usa se atrofia, por eso estoy aquí, a las 6 de la mañana de este 16 de septiembre, escribiéndote para que sepas cuánto te quiero, amigo. Aclaro, sin embargo, que no estoy borracho ni me he vuelto loco.
Te conocí un día de octubre del 93. La fecha es maravillosa porque dos meses después irrumpieron los zapatistas en México, en el mundo y en nuestros corazones. Imposible olvidar los comunicados de Marcos ("De qué nos tienen que perdonar"), imposible olvidar nuestro nacimiento al mundo del periodismo, imposible olvidar los salones de clase donde un grupo de jóvenes recién nacidos a la vida comenzó a mirarse, a reconocerse, a increparse.
Han pasado muchos años, amigo, y nosotros ya no somos los de entonces. Nos quedan los recuerdos y, por ahora, también las personas. Por eso he decidido escribirte, porque quiero que sepas cuánto te quiero a pesar de que no nos veamos frecuentemente.
Te cuento un secreto: un año después de que salimos de la universidad yo pasaba por un momento muy difícil. Me sentía tan insignificante e inútil que llegué a pensar en el suicidio. Pero ocurrió que un día sonó el teléfono de mi casa y era mi amigo Jorge Villalpando ofreciéndome trabajo. No sé si te envió Dios o el destino, lo cierto es que literalmente me salvaste la vida.
Por eso voy a estar agradecido infinita y eternamente contigo. Quizá yo no sea el amigo que esperabas, quizá no te he respondido como esperabas, pero siempre que pienso en tí lo hago creyendo que eres un buen hombre, generoso y hasta tengo el presentimiento de que eres muy buen papá.
Agradezco a la vida que me haya puesto en tu camino y agradezco también haberte conocido. Quizá nos haga falta sentarnos más seguido a tomar un café o un trago y platicar de las cosas que nos pasan.
Por lo pronto recibe un gran abrazo de un amigo que te quiere de verdad. Te escribo, insisto, porque he decidido festejar mi cumpleaños 39 escribiendo 39 cartas para 39 amigos del alma.
Que tu Dios te bendiga.
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