febrero 28, 2011

Chau, febrero

Tuve que recurrir al historial de mi blog para recordar lo que ocurrió en mi vida por estas fechas. Hace un año trataba aún de digerir mi visita a Puerto Príncipe luego de ese terrible sismo. Hace dos años vivía un torrido romance lleno de mentiras. Hace tres años no era muy aficionado a escribir en mi blog pero en mi correo encontré algunos mensajes. Esos intercambios epistolares me recordaron que desde hace tres años tengo esa maldición y me provocaba a publicar poemas como este:

Perdóname el dolor, a veces,*
perdóname la tristeza casi siempre
y la soledad
(es así como llamo a tu ausencia).
Perdóname el silencio
y las palabras
ahora.
Perdóname la alegría si te tengo
un poco,
los encuentros, los versos,
mi pobre vida.
Perdóname la esperanza
todavía
(la tomo sin dármela
y la asumo como único alimento).
Perdóname que hable
                        que calle
                        que respire
pero nunca que te ame.
Condena mi amor, castígame por él,
quiero el infierno por pabia y aposento,
que los días me torturen y conozca la fatiga,
que tus reproches me vistan de martirio,
tu furia de sangre.
Maldita y desterrada, te seguiré queriendo
y seré, más que nunca, imperdonable.

También tuve sueños de este tipo y que ahora no sé si me provocan risa o tristeza:

"Le hablé de rosas y de espinas,
Era una rosa,
Y yo un vulgar ladrón que fue herido por sus espinas...
Le hablé de amor y dijo...
No
Le hablé de mí y dijo...
¡No!...
Le hablé,
Le hablé…
Le hablé luego de ya haber sufrido antes por ella y dijo...
¡No!...
Quise besarla pero no lo pude hacer, porque habría dicho...
¡No!...
Le dije que lucharía por su amor y aún así dijo...
¡No!...
Pasó el tiempo,
No nos vimos,
Si nos vimos,
Luego no nos vimos,
Y cuando nos volvimos a ver,
Ese amor que crecía dentro de mi
había llegado a los confines de su madurez
para ser un monstruo,
Como el que ahora soy yo,
La amaba más,
Más,
Más...
Un día tuve un precioso sueño
Y por fin dijo...
¡Si!,
¡Si!,
¡Si!...
Y fui feliz...
Muy feliz...
Comencé a vivir,
Para mí y para ella
Y ya no quería morir,
Hice concesiones...
¡Y las adoré!...
Tuve que cambiar...
¡Y lo amé!...
Me amó,
Me amó al fin...
Pero los fantasmas del pasado regresaron para matar al amor,
Como lo han hecho siempre en mi vida,
Pero no lo mataron en mí, sino en ella,
Y eso duele más...
No quiso verme sufrir y pidió tiempo...



Bueno, el resto de la historia, es simple,
Jamás volvió...
Jamás...
Y entonces desperté de mi sueño".



Al fin se acabó febrero. Este mes me recuerda muchas cosas y, tristemente, tu estás en mis recuerdos tristes. No importa que te recuerde desnuda en mi cama.

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