Siempre voy a tenerte que agradecer
que haya sido conmigo tan
embustera
y me hayas enseñado lo que es
querer:
bailar mientras rodamos por la
escalera.
Has despejado mis dudas
y has logrado que aprendiese
a ser un perfecto judas
desde la jota a la ese.
Contigo que comprendido que la
humedad
es algo que se seca y se olvida
gracias a ti he sabido que la verdad
es sólo un cabo suelto de la mentira.
Por eso sé que perderte
no era quedarse sin nada,
la muerte es sólo la suerte
con una letra cambiada.
Embustera,
tu corazón
es una cremallera
de Christian Dior,
blanqueas emociones
traficas con botones
pierdes con mi perdición.
Dormir contigo es repetir francés en
una facultad
donde un Miró parece una esquela
y enseñan cuánto mide la oscuridad:
sumando pesadillas y duermevelas.
Hoy llamo a las rosas pan
y al vinagre desatino;
las mujeres que se van
se quedan en el camino.
Por mucho que me duela, debo
admitir
que otras me ven sin ropa y tú
desnudo.
Será mucho mejor, si pretendo huir,
cortar la cuerda, deshacer el nudo.
Ya no juego en tu tablero.
He roto nuestra baraja.
Sólo diré que te quiero
si es a punta de navaja.
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