Quiero dejar de verte. Quiero matar lo que siento por ti. Una canción reza: "no soy tu hombre ni tu verdad". Y aunque pasen milenios o eternas jornadas, nada se compara a estar un minuto contigo.
¿Por qué es tan difícil enfrentar el dolor, por qué cuando queremos emprender el camino hacia el olvido siempre existen desviaciones, engañosas señalizaciones que invariablemente rompen tu fuerza de voluntad y coges la primera, te engancha y entonces te arrastra de regreso al camino que comenzabas a emprender?
Mides, tanteas emocionalmente lo maravilloso de estar contigo y lo desgarrador que resulta estar sin ti. Y emprendes ese mismo y desolado camino hacia la desmemoria. Intentas preparar la huída pero es difícil arrancar de los recuerdos cada línea, cada poro, cada parte de tu cuerpo. Y flaqueas cuando en tu mente espeluznantemente aparecen esos ojos. Esa mirada que te dice sin decir: "me encantas, eres maravilloso".
¿Cómo sustituyes su olor, sus caricias, sus besos, su cabello enredándose en tus dedos? ¿Cómo le dices a tu mente que se concentre en el trabajo, cómo dejas de asociar sonrisas, mordidas, miradas, eyaculaciones, sabores, sensaciones con tus sentimientos?
Una amiga escribió: "Hay veces que aunque haya mucho amor es mejor alejarse y buscar en otra persona lo que la pareja no nos da. No es algo que se desee, es sólo la mejor ruta cuando la otra persona no puede dar más de lo que da y lo que da no es suficiente para uno".
Y con lo avanzado de la tecnología, ¿no hay algún remedio para alejarse sin sentir ni un ápice de dolor?
1 comentario:
Lamentablemente la tecnología aún no llega al plano amoroso, espiritual e intangible. Así como aún no hay condones para evitar que te lastimen el corazón y te contagien de esa maldita enfermedad que es el amor, tampoco hay métodos de punta para alejarte de alguien sin sentir dolor. Aunque es un método ya arcaico, yo te ofrezco mi hombro, y mi oído, mi mano y mi atención, mis palabras y un fuerte abrazo. Si de algo te puede ayudar sabes donde encontrarme.
Un beso.
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