enero 22, 2010

Haití (1° parte)

12 de enero, 2010. En la oficina terminaba de subir los videos que se publicarían para el día siguiente en EjeCentral. Del lado izquierdo de mi navegador comencé a recibir terribles notificaciones a través de mi cuenta en Twitter: un terremoto de 7° Richter destruye Puerto Príncipe, capital del país más pobre de América, Haití. La información, fotos y twitts caían de forma abrumadora, la isla caribeña sufría una de sus peores tragedias; miles de muertos, heridos, edificios colapsados... Lo primero que se me vino a la cabeza era cómo llegar hasta allá y realizar la cobertura. Mi jefe comenzó a hacer unas llamadas y yo otras, había dos opciones de traslado pero ninguna segura, había que seguir buscando.

Hace unos meses, luego de asistir al informe "privado" de Felipe Calderón en Palacio Nacional, a propósito de su III Informe de Gobierno, crucé la Plaza de la Constitución y me dirigí al Starbucks más cercano de la zona. Ahí me encontré al colega David de la Paz, fotógrafo de la agencia AFP y a otros más. Al poco rato se apareció un tipo que saludó a la "banda" que nos encontrábamos ahí. Su nombre: Héctor Méndez, mundialmente conocido como "El Chino". Y digo mundialmente porque es ni más ni menos que el líder de la Brigada Internacional de Rescate "Los Topos", con 25 años de experiencia en rescates de todo tipo de desastres naturales: terremotos, huracanes, tsunamis, bueno, hasta ha participado en labores de rescate en ataques terroristas (11-09)... Me despedí de la cafetería no sin antes pedirle una tarjeta de presentación.



Héctor Méndez, "El Chino", líder de Los Topos mexicanos


Los contactos para un posible traslado México-Haití no funcionaban, algunos periodistas "reconocidos" viajarían la noche del miércoles en un avión de la Marina de México con el primer cargamento de ayuda a los haitianos. En ese avión no me pude subir, pero recordé la tarjeta de "El Chino" y luego de unas 10 llamadas telefónicas comenzó mi aventura: viajar a Haití, como 'topo', con los Topos mexicanos (y no, no iba Topo-Gigio con nosotros)...




El jueves 14 a las 16 horas, con la adrenalina a tope, generosos viáticos y la bendición de mi familia y de buenos amigos, partí hacia Miami, primera escala, vía Santo Domingo, para llegar a Puerto Príncipe. Mi primera cena fue una lata de Pepsi combinada con una miniatura de Jack Daniels y mi cama no era otra mas que el piso del puerto aéreo estadounidense. Había que esperar 12 horas en la capital de Florida para subirse a otro avión y arribar en Santo Domingo...



Ahí nos encontramos con el equipo de rescate canino español K-9 de Creixell y se acordó viajar juntos para tener mayores facilidades en el trayecto, al fin y al cabo eran equipos de rescate que necesitaban llegar urgentemente a Haití para rescatar a personas con vida. La solidaridad de la gente en los pasillos fue espectacular: había voces de ánimo, de apoyo, de duelo, de esperanza, de confianza. Con esa ventaja, adelantamos el vuelo tres horas para Santo Domingo, convertida de forma instantánea en la Torre de Babel por ser vecino de Haití y tener el aeropuerto más cercano a la zona de desastre.




Llegamos en la tarde y comenzamos a buscar nuevos contactos para poder trasladarse por tierra (cerca de 8 horas) o aire (alrededor de una hora). Al aeropuerto de las Américas llegaban rescatistas, médicos, enfermeros y periodistas de todo el mundo buscando una oportunidad.



Nosotros la encontramos con la Fuerza Aérea Española y emprendimos el viaje el viernes 15 cerca de las dos de la tarde; una hora después sobrevolamos Puerto Príncipe en espera que los estadounidenses permitieran el aterrzaje de la aeronave... tras dos horas de espera en el aire y con poco combustible, regresamos al aeropuerto de Santo Domingo frustrados, luego de la negativa de descenso. Ni hablar, a pernoctar en el aeropuerto y seguir buscando la forma de entrar a Haití.



El sábado por la mañana el grupo canino de rescate español decidió viajar por tierra, nosotros conseguimos un contacto que nos acercó a la Base Militar de Santo Domingo -que simuladamente también controlaba el gobierno estadounidense. Tras dos horas de espera, un helicóptero Black Hawk de la Border Patrol del gobierno de EU nos permitió viajar y en una hora aterrizamos en la embajada norteamericana de Haití. Por fin, después de 48 horas estaba ahí, con el corazón abierto para contar a través de mi cámara la terrible tragedia que azotó a los caribeños.




Ya en la embajada norteamericana supe que con nostros viajaba Jimmy Jean Louis, que participa en la serie de TV 'Heroes'. Sus padres viven en la isla y a través de su fundación 'Hollywood Unites for Haiti' intenta acercar la ayuda de deportistas y personalidades del mundo del espectáculo a la devastada isla...

Continuará...

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