Extremas dosis de adrenalina recibió al menos en las últimas dos semanas. Desde la detención de un narcotraficante apodado El Gaviota (y al que le encontraron parecido con el personaje principal de esta historia) en una lujosa casa que incluía a leones, panteras y tigres; balaceras en Lindavista, entrevistas con testigos de disputas entre delincuentes; golpes entre policías federales y "adelitas", marchas del Mesías tropical entre llamados a tomar la Máxima tribuna legislativa, tomas de El Caballito, transmisiones en vivo desde San Lázaro y la aprobación de la Reforma Energética; protestas encueratrices / desnudas y tambores de 400 pueblos, hasta la demandante cobertura en espera de la elección del primer presidente afroamericano. A partir de ese momento, parecía que la semana venía normal, pero a alguien se le ocurrió tirar del cielo un jet privado que estuvo a punto de caer en el cruce de Períferico y Reforma. Mucha adrenalina. Cámara en mano, tripié colgando y una intensa agitación al filo de las siete de la noche de ese martes fatídico, ese "Martes negro". Entre una extraña mezcla de olores a gasolina, cables quemados, autos incendiados, restos carne humana y un caos entre la gente, pudo presenciar lo que sobraba del avión donde viajaba el que fue secretario de Gobernación del presidente "espurio".
La gente se arremolinaba para asomarse a la tragedia. Los mexicanos somos morbosos, nos acercamos para ver sangre, para asomarnos a las tragedias, a los accidentes sin importar que generemos más tráfico o impidamos la salida/entrada de los equipos de emergencia. Pero así es la vida y la idiosincrasia de los mexicanos.
Él nunca había sido testigo de una tragedia de esas dimensiones. Y menos de un personaje tan importante en la política del país. Entre empujones y gritos de policías, caminó hacia atrás hasta pisar un objeto raro, extraño, entre duro y blando, revuelto en tierra, con un olor desagradable y un color peor aún. Se dio cuenta en unos cuántos segundos de que era carne humana... Después de eso se vino la cascada inconmesurable de información, conferencias de prensa, conjeturas, análisis...
Muchas emociones en tan poco tiempo, sin contar las tres felaciones que recibió de tres diferentes bocas...
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